jueves, 20 de abril de 2006

¿Cómo sería?


¿Cómo sería? ¿Qué hubiera sido de mí, si ese día no

te hubiera dejado partir? ¿Cómo sería?


Maldito tiempo. Nos odia por completo. Pasa. Nos mira. Se burla. Maldita distancia, que nos vendó los ojos y nos condenó a muerte. A una muerte lenta, atada a una agonía tormentosa, de saber que pudimos ser una sola persona y que solo somos dos y vez tras vez nos vamos dividiendo. Mas personas. Mas historias.

Que arrogante nuestro espacio. Nos traiciona. Me traiciono. Te traiciono. Traición con cada palabra mal dicha, con cada sonrisa airada, con cada mirada complice. Me traspasas. Pero, ¿traicionamos a la realidad?.

Me lamento. Una. Dos. Cincuenta. Mil. Porque no te tuve. Me lamento. Porque te quise y aun te quiero, solo que ahora ese querer se fuciona con esta forma mezquina de amor que dejaron los años. Porque pudo ser una historia imposible de parar, una historia que comenzaba en aquel sentimiento, que quizás ingenuamente aun no quiero desechar.

Ahora respiro tus sarcasmos emanando de celos inadecuados, de compromisos y deberes inexistentes. Sarcasmo que hace retumbar mis entrañas, como única sensación debida. Y me contengo. Me conformo. Te imagino. Me imagino. Nos imagino. ¿Cómo sería? ¿Cómo seriamos, si...?

Necesito probar aquel beso que siempre soñamos, aquel beso que nos debemos. Ese beso lento, triste, serio y un tanto apasionado. Ese beso lleno de lagrimas contenidas por frustraciones irremediables. Un beso con la actitud de enamorados infantiles. Un beso que quiere ser eterno, pero que sabe que no es mas que la simple realidad de un sueño. Un beso quizás interminable, un beso que no es, ni en tus labios ni en los míos. Un beso no planificado, pero siempre anhelado. Un beso cauteloso. Ese beso, como oculto en nuestra oscuridad eterna...


“el hecho de no actuar y no abrazar lo que era nuestro
fue el error que viviré para siempre.”

domingo, 16 de abril de 2006

Trasnoche. Sexo. Frustración.

Había olvidado lo que era no tener tiempo. Las vacaciones me dejaron esa sensación de libertad difícil de describir. Pero ahora, comienzan las presiones, los dibujos, las campañas, la gente tonta, y el ambiente infantil que se empieza a impregnar en mis sentidos.
El frío se hace presente de una manera repudiable en mi cuarto. Se cuela por todas las rendijas, de la puerta, de la ventana, de mi mente. Entumiendo mi cuerpo, mis manos, mis ojos. (El monitor me parece borroso, y mi diseño horroroso).
No había tiempo de abrigarse, ni tiempo para pensar en aquella persona que nunca llegará. Tercera noche consecutiva sin dormir, solo que está vez ya mis parpados no latían como las noches anteriores, y el sueño se alejaba a cada instante, lo que una vez terminada estas noches de orgías y sexo prolongado con photoshop y freehand, podrían transformarse en insomnio constante, induciendo a pensar en cosas que no quiero pensar; pensar en cosas que no se pueden pensar; pensar como evitar aquellos pensamientos desagradables; pensar y no entender como puedo pensar tanta webá.
Terminé el trabajo. Conforme. Agradecida por las asesorías, la compañía. Me vestí semi formal, intente rediseñar mi rostro y borrar las ojeras. Y me fui rumbo a clases, para finalmente presentar mi orgullo de trabajo, perfectamente terminado.
No presenté. No habían clases. Frustración. Sueño. Horror. Error. Y pobre de quien se ría!!! Trasnoche. Sexo. Frustración. Jaaaaa. Lo que pensaban ¬¬.


sábado, 1 de abril de 2006

Día común


El museo no es lo que buscaba, pero ciertas obligaciones me hacen visitarlo. La misma mierda de siempre. Subjetividad en el aire. Camas con mapas. Que mierda es eso? Sí, lo explican y no entiendo. No comprendo. No comprendo la acuarela en las paredes del museo. No comprendo porque yo tuve un 3.8 por no aplicar la técnica de la acuarela. Y él monta una exposición con manchas de acuarela que para mi significaban puntos en contra.

Veo a mis compañeros. Todos con cara de interés en ver cuadros, esculturas, ¿qué mierda les invade? Claro, la jefa de carrera más allá observándonos. ¿Habrá notado que todo eso para mi significa basura? Camino bajo un mismo paso, no me detengo para observar, hago aquel recorrido por obligación sin disminuir mi paso. Ella me mira, lo noto. No la veo. No quiero. Me alejo de aquella conglomeración de farsantes que aparentan algo, mientras en sus cabezas solo existe en aquel momento, la idea de una cerveza en la plaza almagro. Me sonrío. Me burlo de ellos desde la distancia y me alejo.

Recorro todas las exposiciones y llego donde Horacio, como siempre, la única cosa bella en aquel lugar (y las turistas gringas, claro). Lo miro, pero él no me ve. Esa mirada perturbadora, su dedo autoritario. Horacio, no nota mi presencia, pero los demás si y me dicen excéntrica. Me siento en algún lugar para no ser observada, esperando la hora indicada para marcharme, luego de un rato y ya cansada de fingir salgo. Mis compañeros me esperan. Me despido y me odian por no acompañarlos a emborracharme con ellos a la plaza. Pero no me importa, no me importan. Nada me importa en ese momento.

Y camino por un santiago conocido, dando pasos inservibles, logro escuchar el murmullo de las conversaciones de la gente, y olvido mi idioma, el de ellos, el que tenemos en común. Camino mirando el piso, en un santiago invadido por el apuro. Quiero refugiarme en algo, quiero escapar de todos, de rostros, de figuras, me parecen tan inertes seres de algún juego. Y me siento en una plaza.

Demasiado tiempo sola, en un día común. Puedo anhelar un suicidio mental, puedo alejarme de la realidad y ensimismarme, puedo pensar más de lo debido, puedo quedarme en el silencio, puedo tantas cosas que de verdad, me dan miedo.